viernes, 10 de agosto de 2012

Antitauromaquia desde Enfoque de Redes

El enfoque de redes ofrece un horizonte sociológico novedoso para pensar la estructura social, la formación de identidades y la vida cotidiana, en términos de mallas y tejidos de relaciones sociales; que además privilegia el análisis de las múltiples transacciones que operan en la vida social.
Éste permite entonces retomar una dualidad existente en los movimientos sociales antes no apreciada por las perspectivas que hacen lecturas de dichos movimientos. La estructura y la acción. “Así, por un lado permite comprender el sentido que los actores involucrados en ciertas acciones colectivas atribuyen a éstas y como impactan y modifican ‘sus posiciones’ y sus ‘historias’ la dinámica de la red del movimiento; pero también, por otro lado, la forma en que los arreglos institucionales que surgen del movimiento y fuera de él, en redes mucho más amplias, constriñen y habilitan esas mismas acciones, identidades y posiciones”[1]

Es así, como podemos evidenciar como el movimiento antitaurino ha surgido a través de la movilización ecologista, siendo este el que repercute y ha dado pie a múltiples manifestaciones en el mundo en contra del maltrato animal. Así, como podemos visualizar entonces un tejido social existente en esta manifestación, la cual toma fuerza por la recurrente inquietud del ser humano por el ambiente y todo lo que esto implica; por lo tanto aunque los manifestantes se encuentren bajo el mismo ideal y perspectiva estos se sitúan en distintos ámbitos, sin ignorar el vínculo que se teje entre estos movimientos. Un ejemplo de esto es, la revolución de la cuchara, el movimiento antitaurino, el ecologista, por el medio ambiente, entre muchos otros. 


De igual manera cabe decir que el movimiento antitaurino no solo se expande entre sus participantes, también inquietan a las personas que no se vinculan a éste por medio de sus manifestaciones en los diferentes escenarios y con la multiplicidad de sus acciones.


Otro asunto que es importante mencionar es la relevancia que toma hoy por hoy las TIC como medio de comunicación para los movimientos sociales debido a su rapidez y alcance para los participantes, estas permiten una propagación, integración eficiente y estratégica entre los mismos. Todo esto, ha incidido en el aumento de las formas de movilización, participación, interacción, acceso a la información, la provisión de recursos, las afiliaciones individuales y las ramificaciones entre los movimientos sociales.
Del mismo modo, estas herramientas informáticas han permitido al interior de dichos movimientos una tendencia a la horizontalidad, es decir menos jerarquizadas, debido a que todos y todas sus participantes pueden tener acceso a mucha información no teniendo que remitirse a sujetos que cumplen el rol de cabeza de dichas movilizaciones, en pocas palabras estas se tornarían menos centralizadas. 

Para finalizar, “la noción de red es entonces cada vez más recurrente en la comprensión de los movimientos, dado que permite interpretar el éxito de una gran cantidad de luchas e insurrecciones locales que al estar articuladas a redes transnacionales de defensa (Keck y Sikking, 2000), de resistencia contra hegemónica (Escobar, 2005) o a activismos cosmopolitas Tarrow (2000), logran mejores efectos de corto y mediano plazo en sus campañas de movilización. Estas redes permiten reconocer que algunos movimientos o coaliciones locales de defensa, ya sea de los derechos humanos, del medioambiente, de las luchas antiglobalización, trascienden las arenas de acción y decisión política nacionales.[1]




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