Por
otro lado el Imperio Romano hacia uso de los toros en los espectáculos con el
fin de ofrecer violencia gratuita al pueblo; estas prácticas fueron llamadas venerationes,
“luchas en que animales luchaban contra otros animales, hombres luchaban contra
animales o hombres y mujeres eran lanzados a las fieras como castigo
deshonroso, ya sus muertes, se convertían en una diversión para el pueblo.(…)
Julio
César fue quien introdujo los toros de Hispania en las venerationes que
se organizaban en el Coliseo de Roma. Un conocido matador de toros fue un
tal Karpóforo. Ovidio describe que usaba una tela roja para llamar la atención
del animal para que embistiera y luego lo mataba armado con una espada y un
escudo. La mayoría de estos luchadores, llamados bestiarrii,
eran condenados, prisioneros de guerra, desertores del ejército, esclavos
condenados o voluntarios de clase humilde, los cuales se sentían atraídos por
la posibilidad de dejar su condición de miserables, ya que los combatientes que
conseguían salir vivos de las fieras, eran aclamados por el pueblo y gozaban
de una gran popularidad.” [2]
Los
espectáculos acarreaban grandes valores económicos, en los cuales participaban
numerosas personas, desde quienes capturaban a los animales hasta quienes
hacían publicidad del evento.
“La
finalidad política que perseguía toda esta faena era entretener al pueblo, y
en especial, a la gran masa de desocupados que había en el imperio decadente,
que incluso llegaron a ser mantenidos por el propio Estado. De esta manera, se
evitaban manifestaciones para reclamar derechos políticos, el reparto más
justo de la propiedad y los disturbios en la ciudad. (…)
En
la Edad Moderna, empiezan aparecer las críticas más severas contra esta
práctica tan abominable. Las críticas se basan, sobretodo, debido a la gran
cantidad de muertes humanas que provocaban. Estas muertes, no eran solamente a
causa de las embestidas de toros, torear generaba peleas entre hombres, que
acababan clavándose las lanzas entre ellos, así, como muertes debidas a avalanchas
para asistir y poder ver de cerca tales espectáculos.”[3]
Como
vemos las críticas a este
tipo de eventos con animales se remontan a la antigüedad romana, con las
diatribas de Cicerón contra los espectáculos de circo con fieras. A las
que siguieron las críticas de los primeros escritores cristianos y canonistas a
las llamadas venationes,
como Prudencio, Casiodoro, San Agustín o, San Juan
Crisóstomo, lo que llevo al papa, Pío V, a decretar la bula papal en
1567, este decreto consistía en la prohibición de la corridas de toros y la
excomunión de las personas católicas que la desobedecieran, al igual de
prohibir dar una sepultura legal a quienes murieran en una corrida. Lo que su sucesor
Gregorio XIII derrocaría posteriormente aduciendo que este decreto estaba
siendo perjudicial para la misma región, ya que, la gente seguía asistiendo a
las corridas, sin desconocer que esto fue en la época de la inquisición.
Hasta
el siglo XIX los espectáculos taurinos también se celebraban en otros
lugares de Europa, todavía hoy se celebran corridas de toros en Francia y
Portugal.
Desde sus inicios ha habido personas de diferentes
clases sociales que van en contra de la tauromaquia, pero también es de anotar
que era en aquella época donde se llevaba con más frecuencias este tipo de
espectáculos.
Al igual que el pueblo español, sus intelectuales se
han dividido históricamente entre partidarios y detractores de las corridas de
toros. Vemos como anteriormente la prohibición de las corridas de toros ha ido
de la mano de la política y la religión y como el estar o no de acuerdo con
esto ha jugado un papel importante según los intereses de cada quien, no se ha
hecho énfasis en aspecto moral o de respeto por el animal, lo que a nuestro
modo de ver no permitió que ninguna de esas prohibiciones prosperaran, pues se
manejaban otros intereses que nada tenían que ver con el movimiento que se ve
hoy en día, a pesar de esto y que el movimiento ha ido variando según el
contexto siempre se ha tenido el mismo objetivo que es el de la abolición de
las corridas de toros.
En la actualidad podríamos decir que se ha logrado un movimiento más organizado, donde se generan espacios que sensibilizan a las personas y las concientizan frente a este tema.
“En diciembre de 1997, a partir de una protesta realizada por más de 200 personas provenientes de diversas entidades animalistas, así como estudiantes universitarios y ciudadanos que rechazaban este tipo de espectáculo nace el Movimiento Anti taurino de Colombia, empezando con esto un fuerte activismo en la defensa de toro. Para el año 1999, en el mes de junio el MAC realiza con el apoyo de WSPA y HSI el 1er Congreso Nacional Anti taurino, el primero de su género en realizarse en Sur América, dicho evento contó con asistencia de diversas entidades a nivel nacional como Paz animal, ADA Bogotá, Kwika y Manolo Toro entre otros, así como participantes de otros países (AEDA Ecuador, ASOPRANI Venezuela, Partido Verde y Ecologista México, WSPA Costa Rica)”.[4]
En el año 2000 el M.A.C se convierte en la primera
Entidad Anti taurina a nivel mundial en realizar manifestaciones pacíficas y
silenciosas; logrando con esto una mayor acogida en la sociedad, su estrategia
les ha permitido poner en jaque una de las más grandes y concurridas plaza de
toros del país, cañaveralejo lo que ha llevado a los accionistas de esta
empresa bajar considerablemente los precios de las boletas, el obsequio de las
mismas y a sacar a relucir el aporte que este hace a entidades públicas, a
pesar de sus esfuerzos para que la gente vuelva a la plaza, esto no ha sido muy
relevante y la tendencia de asistencia a este tipo de eventos va en detrimento.
“Gustavo Petro, como candidato a la Alcaldía, siempre
logró convertirse en noticia. Como alcalde recién posesionado, ha continuado
esa tradición. Se estrenó en el cargo con la notificación de que tenía la
intención de desarmar a la ciudadanía, lo cual generó su primera gran polémica.
Y no menos controversial fue la segunda: su declaratoria como antitaurino. Esto
en la práctica significa que quiere acabar con las corridas de toros, o por lo
menos eliminarles el rito supremo de la muerte por espada. Y ya puso la primera
banderilla, no habrá soporte económico de parte de las empresas públicas de la
ciudad para la temporada. Días antes, el también recién posesionado gobernador
de Antioquia, Sergio Fajardo, prohibió que la Fábrica de Licores de Antioquia,
tradicional patrocinador, estuviera vinculada a la Feria de la Macarena, que se
cumple todos los años en Medellín por esta misma época”[5].
(Rev. semana.21 Enero 2012)
Esto deja entrever el gran avance que ha tenido
Colombia frente al movimiento antitaurino, puesto que hay una gran
disminución de la asistencia a este tipo
de espectáculos, además, en dos de las principales ciudades del país se les ha
quitado el apoyo económico.
En Latinoamérica solo dos ciudades se han considerados
antitaurinas: Zapatoca (Santander) y Bello (Antioquia)
[1] http://www.animanaturalis.org/840.
Consultada el 3 de agosto de 2012.
[2] http://www.animanaturalis.org/840.
Consultada el 3 de agosto de 2012.
[3] IBID.
Consultada el 3 de agosto de 2012.
[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Antitauromaquia.
Consultada el 6 de agosto de 2012.
[5] http://www.semana.com/nacion/debate-bravo/170733-3.aspx.
Consultada el 6 de agosto de 2012.
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