viernes, 10 de agosto de 2012

Historia

Desde la prehistoria paleolí­tica, el ser humano ha cazado toros. Antes era utilizado como animal de tiro y en las actividades agrícolas para el arado y como alimento. “En diferentes civilizaciones y culturas, ha simbolizado la fuerza, la virilidad, la capacidad para engendrar, la fertilidad, la deidad protectora de la agricultura etc.”[1]


Por otro lado el Imperio Romano hacia uso de los toros en los espectáculos con el fin de ofrecer violencia gratuita al pueblo; estas prácticas fueron llamadas venerationes,  “luchas en que animales luchaban contra otros animales, hombres luchaban contra animales o hombres y mujeres eran lanzados a las fieras como castigo deshonroso, ya sus muertes, se convertí­an en una diversión para el pueblo.(…)

Julio César fue quien introdujo los toros de Hispania en las venerationes que se organizaban en el Coliseo de Roma.  Un conocido matador de toros fue un tal Karpóforo. Ovidio describe que usaba una tela roja para llamar la atención del animal para que embistiera y luego lo mataba armado con una espada y un escudo.  La mayorí­a de estos luchadores, llamados bestiarrii,  eran condenados, prisioneros de guerra, desertores del ejército, esclavos condenados o voluntarios de clase humilde, los cuales se sentí­an atraí­dos por la posibilidad de dejar su condición de miserables, ya que los combatientes que conseguí­an salir vivos de las fieras, eran aclamados por el pueblo y gozaban de una gran popularidad.” [2]

Los espectáculos acarreaban grandes valores económicos, en los cuales participaban numerosas personas, desde quienes capturaban a los animales hasta quienes hacían publicidad del evento.

“La finalidad polí­tica que perseguí­a toda esta faena era entretener al pueblo, y en especial, a la gran masa de desocupados que habí­a en el imperio decadente, que incluso llegaron a ser mantenidos por el propio Estado. De esta manera, se evitaban manifestaciones para reclamar derechos polí­ticos, el reparto más justo de la propiedad  y  los disturbios en la ciudad. (…)
En la Edad Moderna, empiezan aparecer las crí­ticas más severas contra esta práctica tan abominable. Las crí­ticas se basan, sobretodo, debido a la gran cantidad de muertes humanas que provocaban. Estas muertes, no eran solamente a causa de las embestidas de toros, torear generaba peleas entre hombres, que acababan clavándose las lanzas entre ellos, así­, como muertes debidas a avalanchas para asistir y poder ver de cerca  tales espectáculos.”[3]



Como vemos las críticas a este tipo de eventos con animales se remontan a la antigüedad romana, con las diatribas de Cicerón contra los espectáculos de circo con fieras. A las que siguieron las críticas de los primeros escritores cristianos y canonistas a las llamadas venationes, como Prudencio, Casiodoro, San Agustín o, San Juan Crisóstomo, lo que llevo al papa, Pío V, a decretar la bula papal en 1567, este decreto consistía en la prohibición de la corridas de toros y la excomunión de las personas católicas que la desobedecieran, al igual de prohibir dar una sepultura legal a quienes murieran en una corrida. Lo que su sucesor Gregorio XIII derrocaría posteriormente aduciendo que este decreto estaba siendo perjudicial para la misma región, ya que, la gente seguía asistiendo a las corridas, sin desconocer que esto fue en la época de la  inquisición.

Hasta el siglo XIX los espectáculos taurinos también se celebraban en otros lugares de Europa, todavía hoy se celebran corridas de toros en Francia y Portugal.

Desde sus inicios ha habido personas de diferentes clases sociales que van en contra de la tauromaquia, pero también es de anotar que era en aquella época donde se llevaba con más frecuencias este tipo de espectáculos.

Al igual que el pueblo español, sus intelectuales se han dividido históricamente entre partidarios y detractores de las corridas de toros. Vemos como anteriormente la prohibición de las corridas de toros ha ido de la mano de la política y la religión y como el estar o no de acuerdo con esto ha jugado un papel importante según los intereses de cada quien, no se ha hecho énfasis en aspecto moral o de respeto por el animal, lo que a nuestro modo de ver no permitió que ninguna de esas prohibiciones prosperaran, pues se manejaban otros intereses que nada tenían que ver con el movimiento que se ve hoy en día, a pesar de esto y que el movimiento ha ido variando según el contexto siempre se ha tenido el mismo objetivo que es el de la abolición de las corridas de toros.

En la actualidad podríamos decir que se ha logrado un movimiento más organizado, donde se generan espacios que sensibilizan a las personas y las concientizan frente a este tema.

“En diciembre de 1997, a partir de una protesta realizada por más de 200 personas provenientes de diversas entidades animalistas, así como estudiantes universitarios y ciudadanos que rechazaban este tipo de espectáculo nace el Movimiento Anti taurino de Colombia, empezando con esto un fuerte activismo en la defensa de toro. Para el año 1999, en el mes de junio el MAC realiza con el apoyo de WSPA y HSI el 1er Congreso Nacional Anti taurino, el primero de su género en realizarse en Sur América, dicho evento contó con asistencia de diversas entidades a nivel nacional como Paz animal, ADA Bogotá, Kwika y Manolo Toro entre otros, así como participantes de otros países (AEDA Ecuador, ASOPRANI Venezuela, Partido Verde y Ecologista México, WSPA Costa Rica)”.[4]

En el año 2000 el M.A.C se convierte en la primera Entidad Anti taurina a nivel mundial en realizar manifestaciones pacíficas y silenciosas; logrando con esto una mayor acogida en la sociedad, su estrategia les ha permitido poner en jaque una de las más grandes y concurridas plaza de toros del país, cañaveralejo lo que ha llevado a los accionistas de esta empresa bajar considerablemente los precios de las boletas, el obsequio de las mismas y a sacar a relucir el aporte que este hace a entidades públicas, a pesar de sus esfuerzos para que la gente vuelva a la plaza, esto no ha sido muy relevante y la tendencia de asistencia a este tipo de eventos va en detrimento.

“Gustavo Petro, como candidato a la Alcaldía, siempre logró convertirse en noticia. Como alcalde recién posesionado, ha continuado esa tradición. Se estrenó en el cargo con la notificación de que tenía la intención de desarmar a la ciudadanía, lo cual generó su primera gran polémica. Y no menos controversial fue la segunda: su declaratoria como antitaurino. Esto en la práctica significa que quiere acabar con las corridas de toros, o por lo menos eliminarles el rito supremo de la muerte por espada. Y ya puso la primera banderilla, no habrá soporte económico de parte de las empresas públicas de la ciudad para la temporada. Días antes, el también recién posesionado gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, prohibió que la Fábrica de Licores de Antioquia, tradicional patrocinador, estuviera vinculada a la Feria de la Macarena, que se cumple todos los años en Medellín por esta misma época”[5]. (Rev. semana.21 Enero 2012)

Esto deja entrever el gran avance que ha tenido Colombia frente al movimiento antitaurino, puesto que hay una gran disminución  de la asistencia a este tipo de espectáculos, además, en dos de las principales ciudades del país se les ha quitado el apoyo económico.
En Latinoamérica solo dos ciudades se han considerados antitaurinas: Zapatoca (Santander) y Bello (Antioquia)


[1] http://www.animanaturalis.org/840. Consultada el 3 de agosto de 2012.
[2] http://www.animanaturalis.org/840. Consultada el 3 de agosto de 2012.
[3] IBID. Consultada el 3 de agosto de 2012.
[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Antitauromaquia. Consultada el 6 de agosto de 2012.

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